El
derecho al buen nombre se encuentra consagrado en el articulo 44 de
la Constitución de la Republica Dominicana. No obstante en los
actuales u un segmento de la abogacía –sin dejar de reconocerle su
derecho a la critica fundada– cuando resulta perdidosa en sus
pretensiones en justicia, acude a una practica que desdice mucho de
la dignidad que debe impregnar a todo profesional del derecho.
Esta
practica, la entendemos como la justificación de algunos abogados
ante sus clientes que en lugar de analizar los errores cometidos ante
los tribunales, deciden salir a dañar el buen nombre de los jueces
que deciden en su contra.
Una
muestra de lo anterior lo constituye el asedio ejercido por el
abogado Julio Cury, en contra de tres ilustres y honorables
magistrados de la Camara Civil de la Corte de Apelación del
Departamento Judicial de San Juan de la Maguana.
Nos
referimos a los Jueces: Milton Castillo, Ernesto Ramirez Mendez y
Loida de la Rosa Beltre. Para hablar de estos jueces primero hay que
enjuagarse bien la boca. Estamos hablando de personas que han
consagrado su vida al servicio judicial. Estos jueces viven de
manera sensilla y humilde e incluso ademas de la labor judicial se
dedican a labrar las tierras.
Hablar
del magistrado Ernesto Ramirez Mendez, quien es considerado como el
mejor Juez del departamento Judicial de San Juan de la Maguana, es
hablar de una persona con una moral incuestionable, dedicado a tiempo
completo al cumplimiento de su deber y empeñado cada dia en el logro
de los objetivos del poder judicial. Durante mas de 17 años
ejerciendo como juez, desempeñando las funciones de Juez de Paz del
Cercado, Juez de Primera Instancia de Las Matas de Farfan, Juez
Presidente del Tribunal Colegiado de San Juan de la Maguana, durante
mas de nueve años. Es un juez que goza de una alta reputacion en
todo el departamento judicial de San Juan de la Maguana. Se puede
afirmar sin temor a equivocarnos que pertenece a una exclusiva élite
de jueces denominados verticales, de conducta inexpugnables. Ninguna
abogado o usuaria se había atrevido a echar lodo al bien ganado
nombre de este magistrado. Solo ahora el abogado Julio Cury –quien
se caracteriza por este tipo de acciones– ha tenido la indelicadeza
de ensañarse arrojando lodo sobre este honorable Juez.
La
magistrado Loyda de la Rosa Beltre, fungió durante mas de doce años
como jueza de la Instrucción del Distrito Judicial de San Juan,
desempeñando sus funciones de manera impecable, sin que su nombre
haya sido cuestionado, ni a lo interno ni a lo externo del poder
judicial. Muy por el contrario se caracterizo por ser una jueza
fuerte contra los delincuentes. A esta jueza la vemos caminar sola y
a pie las calles de San Juan de la Maguana; con la humildad que poca
gente tiene, y vivir una vida sencilla y sin bienes que ostentar. Su
nombre nunca había sido puesto en tela de juicio.
En
el caso del magistrado Milton Castillo, quien se desempeño como Juez
Presidente del Tribunal Colegiado de Bani, y posteriormente como Juez
Primer Sustituto de Presidente de la Camara Penal de San Cristobal, y
ocupa ahora la vicepresidencia de la Camara Civil y Comercial de la
Corte. Su honra nunca había sido cuestionada por nadie. Este juez es
visto desplazarse en un vehículo que no es lujoso y que tiene mas de
15 años.
Estamos
hablando de jueces profesionales de una alta calificación
profesional y moral. Por eso lamentamos que un profesional como Julio
Cury se preste para dañar las honras de los mismos, ya que con estas
actuaciones de manera injusta se erosiona la credibilidad en la
judicatura nacional. En definitiva entendemos que Julio Cury, no
necesita recurrir a actuaciones tan bajas y viles, sin embargo ese es
el derrotero que el ha elegido seguir.
En
conclusión, ningún abogado tiene derecho a dañar sin fundamentos
la moral de un juez. Actuaciones como las esbozadas previamente no
son mas que un vil abuso.
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