viernes, 11 de febrero de 2011

HACIA UNA DESMITIFICACION DEL C.P.P.

Resulta normal escuchar estos días que la delincuencia está azotando la población dominicana, y sobre todo, el aire de impunidad en que viven los infractores de la Ley, en donde vemos que muchos casos penales quedan en el olvido, y poco a poco se va perdiendo la seguridad y la confianza de la ciudadanía en las normas y en las instituciones. Ante esta problemática, es obvio que debe buscarse un culpable, y de la misma forma en que E.E.U.U. culpa a los inmigrantes de sus problemas económicos, R.D. culpa a los haitianos de atentar contra nuestra soberanía (si eso todavía existe), y algunos padres culpan a sus hijos de no haber disfrutado su vida a plenitud, el dominicano en sus distintos estratos sociales ha optado por tomar la decisión más rápida y cortar la soga por la parte más fina… y qué sería más fino que un objeto inanimado, sin capacidad para responder a la crítica y sin defensor alguno que lo represente, como es el caso de nuestro CODIGO PROCESAL PENAL.


Si usted ha sido expectador de casos sonados en los medios de comunicación, en los que se perciba una especie de desequilibrio en favor del imputado, lo mas probable es que haya escuchado los clamores populares: “To´ eso eh´ culpa del m… Código Procesal Penal”.

A pesar de que la posición constante del autor del presente artículo ha sido en todo momento que República Dominicana no se encontraba en condiciones de aplicar una normativa como el Nuevo Código Procesal Penal, considero oportuno que muchas de las opiniones que surgen respecto a este Código y a la problemática social de este país deben ser objeto de una crítica constructiva, en tanto no podemos echarle la culpa al CPP del auge delincuencial que estamos viviendo en este país. Es así como asumo la defensa del eterno ausente, aquel que no puede valerse por sí mismo de la crítica, ya que muchas de ellas provienen de ciertos letrados con doble moral, que han salido sumamente beneficiados de las falencias en su aplicación y que ahora pretenden tergiversar una realidad social dominicana y adaptarla a la aplicación de un nuevo Código.

A través de este artículo pretendo demostrar que la culpa del auge de la delincuencia en R.D. no se debe tanto a la aplicación del CPP, sino más bien al entorno en donde opera, al punto que para esta fecha, poco hubiera importado si nos hubiéramos quedado con el antiguo Código de Procedimiento Criminal… el nivel de delincuencia hubiera sido igual… o mayor. Esperemos que el lector, en cada una de las partes que componen este ensayo, pueda ir rompiendo con los mitos generados respecto de esta normativa de reciente aplicación, explorando cada faceta que involucra el proceso penal, desde la política criminal hasta los actores del proceso, sin excluir a aquellos que, sin necesariamente verse vinculados directamente en el proceso penal, tienen su cuota de responsabilidad en la situación de la delincuencia en República Dominicana.

Hasta una próxima entrega,

Atm

CORTESIA DE LETRADO 21.

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